miércoles, 29 de agosto de 2007

Nueva York

De vuelta en Colombia. Y ahora qué, ¿De que hablo yo de Nueva York...? de Manhattan, del skyline, de los barrios que me gustaron como West Greenwich Village y East? ... de esa “marea humana” haciendo deporte en Central Park, o del metro más asqueroso y peor comunicado del mundo? También podría hablar de lo emocionante que es, para bien y para mal, reconocer los lugares y calles archiconocidas por todos a través de las pelis o del maravilloso concierto de Jazz de Dave Holland Sextet en Blue Note. De lo mágico que es cruzar andando el puente de Brooklyn por la noche y de la obsesión casi paranoica de los yankies por la seguridad. También podría referirme de los pocos rascacielos que arquitectónicamente merecen la pena, de los 3 grandes Museos de Arte ó de los edificios del norte de Manhattan que más que en Nueva York parece que estás en la Chequia comunista. De mi descubrimiento en Corner Bistro de que una hamburguesa es mucho más que una simple mierda de plástico de Mc Donalds ó de lo que recuerda al pasear por Broadway a la Av. de República Argentina en Sevilla (Araceli dixit).
Mi impronta es la de haber visitado una ciudad extraña pero a la vez familiar. Un lugar que se ha quedado parado en un halo setentudo donde existen pocas propuestas de vanguardia en comparación con cualquier ciudad europea medianamente importante. Esa aureola horterilla de Broadway, Madison Square o Roquefeler Center, sumado a los maravillosos rascacielos art decó de la década de los 30 es también lo que la hace entrañable.
Pero quizás me quedo con lo aparente menos seductor: Brooklyn. Y digo aparente porque es la parte olvidada de las guías. Nadie va hasta allí si no tienes que ir para algo concreto y sin embargo, es otro mundo distinto al resto. Cada uno de los barrios de componen Brooklyn es diferente pero allí se juntan judíos ultra ortodoxos, raperos, puertorriqueños, y muchísimos jóvenes modernillos (chavalería, como diría mi abuela). Es quizás, el lugar donde mejor se encuentra esa Nueva York intercultural que dicen que es.
Muchas, demasiadas cosas que contar de ese gran mito que es Nueva York y al que indudablemente hay que ir, al menos una vez en la vida.
Tribeca
Manhattan desde el Empire State
metro en Brooklyn: una oriental, un rapero y un judío ortodoxo
Dave Holland Sextet en Blue Note.
Chocazo en East

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