lunes, 26 de noviembre de 2007

Juan de Castellanos

Hoy martes 27 de noviembre se cumplen 400 años de la muerte de Juan de Castellanos: un poeta semidesconocido que nació en Alanís de la Sierra (Sevilla) en 1522 y que murió en Tunja (Colombia) en 1607.
Este andaluz, aparte de entretenerse en escribir el poema más extenso jamás escrito en castellano, Elegías de Varones Ilustres de Indias (113.609 versos endecasílabos en 4 libros), tuvo una de las vidas más apasionantes y aventureras que jamás haya visto. Se cree que con 17 años y con una educación media (entendía de gramática, preceptiva y latín) salió de Sevilla para no volver jamás. En 1539 llegó a la isla de Borinquen y el esplendor del Caribe explotó ante sus incrédulos ojos. Desde ese momento, este joven empezó a tomar nota de todo lo que veía, oía y sentía. Origen de lo que sería después Elegías de Varones Ilustres de Indias.

De negociante de perlas pasó a ser soldado conquistador, recorrió el Nuevo Reino de Granada (Colombia y Venezuela). Guerrero en el Cabo de la Vela, en Riohacha, en Santa Marta y participó en la conquista del Valle de Upar. Vio desaparecer ciudades (Nueva Cádiz, isla de Cubagua) y en contradicciones nunca saldadas cantó las hazañas españolas y evidenció el orgullo y arrojo de los nativos. Expedicionario en la busca de El Dorado, abrió trochas, y negoció con esclavos. Fue amigo de Pedro de Ursúa, rivalizó con Jiménez de Quezada, se hizo cura en Cartagena de Indias en 1554, atendió en Tunja a Venero Díaz de Leyva. Padeció un proceso inquisitorial de cual salió sin mayor problema. Distinguió a las Hinojosa y ya como beneficiado (Párroco) de la catedral de Santiago de Tunja le enviaron desde la Guajira a una hija engendrada en esos años caribeños.

Una vez instalado en Tunja con 40 años, cansado y viejo (para la época y para lo vivido), pensó que debía recoger en un poema todo lo que había visto y vivido. Quizás caviló que moriría en breve pero duró 40 años más. La importancia de Elegías de Varones Ilustres de Indias es enorme: aparte de las pocas palabras autóctonas que recoge Colón y Antonio de Nebrija, es Juan de Castellanos el primero que arriesgó la gloria de su obra por atreverse a consolidar entre sus 113.609 versos las voces indígenas. Es interesante ver cómo llega una lengua como el español a tomar posesión de un territorio y a pesar de ser tan madura, enmudece ante el mundo que trata de nombrar. Castellanos acuñó lo hispanoamericano y le dio carta de nacimiento a lo recién descubierto. Cronista que se atrevió a escribir palabras desconocidas y por lo tanto vulgares y sacrílegas como guama, maní, guacamaya, o guayaba, hizo suyo y quiso compartir todo lo que por el Nuevo Mundo veía, sin pensar, quizás, que con el arrojo de su pluma se estaba atando la soga de la censura. Fue también la primera persona que a los indígenas los llamó por su nombre propio más allá de una definición genérica. Prodigó las palabras indígenas para todo lo que no tenía nombre en español.

Nunca fue bien recibido en España; demasiado "irrespetuoso" mencionar en unas mismas páginas al Cacique Turmequé y a Felipe II. En Hispanoamérica su obra no corrió con mejor suerte. Para los eruditos europeos era un simple cura de Tunja, para los sabios que se desenvolvían en estos nuevos reinos era un buen hombre desocupado que dedicaba sus horas vacías a escribir fantasías. Para los historiadores era un poeta, y para los poetas, un historiador.

Hubiera sido perfecta una ocasión como ésta para rescatar una figura tan olvidada e importante como lo es Juan de Castellanos. Tendremos que esperar a su V centenario.....


Así describía el Nuevo Reino de Granada: Deste reino lo ceban otros ríos, Por do, hasta llegar á sus confines, Pueden desde la mar entrar navíos, A lo menos remeros bergantines, Las mayores distancias ó desvíos, Hasta los indios dichos matachines, E ya cierto patax hizo la prueba Hasta cerca de Mérida la nueva.
De hoja de laurel es la hechura, Ambas bandas así proporcionadas; Va desaguando acia Cinosura, Donde mezcla sus aguas con saladas: Dentro tienen los indios su cultura



La mejor persona que ha escrito sobre este personaje es el escritor colombiano William Ospina, en su libro Las Auroras de Sangre.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Petrona Martínez, o el Bullerengue

"El país se derrumba y nosotros de rumba", dicho colombiano

Aunque no se descarta que en tiempos coloniales tuviese connotaciones fúnebres, hoy en día el Bullerengue es una de esas danzas colombianas que alegran el alma.
Este baile de la costa del Caribe simboliza la fecundidad femenina y sólo es bailado y cantado por mujeres. En esencia es una danza ritual que se realiza de manera especial cuando las jóvenes llegan a la pubertad. Es quizás, una de las danzas en las cuales se destaca con mayor fuerza la ascendencia africana más característica del Caribe colombiano. Su máxima exponente, Petrona Martínez.




A Petrona le llegó tarde el éxito: con 60 años. Como tantas mujeres de la costa del caribe colombiano, su vida no ha sido fácil. En la actualidad tiene 69, y aunque se ha recorrido medio mundo en estos últimos años, sigue siendo esa mujer alegre y sencilla que sembrando papa y yuca en su huerto, tiene como máxima aspiración “que este ritmo perdure en las próximas generaciones”.

Escuchar a Patrona Martínez cantar un bullerengue sin moverse es imposible: es una explosión de vida, un reguero de música y ritmos.



La vida vale la pena

Cuando vine a Palenquito
Yo ví la vida en un hoyo
Me dediqué con mis hijos a sacar arena del arroyo
Oye Piñales, la vida vale la pena
Coge la pala en la mano y vamos a sacar arena
César Jiménez ya la creciente bajó
Vamos a sacar la arena pa`ganarnos el arroz
Amil Martínez la vida vale la pena
Coge la pala en la mano y vamos a sacar arena
Cuando el arroyo se crece son cosas que yo lamento
Ay, dice mi compañero que es otro día que yo pierdo
Oye Juanchito, la vida vale la pena
Coge la pala en la mano y vamos a sacar arena

Entrevista a Petrona Martínez en El País:

miércoles, 21 de noviembre de 2007

La Habana

Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver

¿Será verdad que siempre ocurre...? No sé, pero a mi me pasó.

Aquellos dos meses del 2001 en los que estuve “dizque trabajando”, se grabaron en mi a base de ron, de mar caribe y de amor: sentados en corros, las noches se pasaban en el malecón entre risas, canciones, besos y ron.

Pocos viajes han sido tan tristes como el que hice cuando tuve que dejar La Habana. No se si por la edad, por las ganas tremendas de conocerla, por ver qué quedaba de aquel misticismo revolucionario, por aquella música, por aquel paisaje urbano maravillosamente decadente, por aquel malecón y aquellas olas que nunca descansan, por aquellos eslóganes anacrónicos de “Revolución o Muerte” que siempre me habían causado tanta intriga, por todo lo que representa Cuba, ó por que tuve la suerte de vivir con habaneros en barrios fuera del circuito turístico... no lo se, pero lo cierto es que me quedé enganchado y soñaba con volver algún día a La Habana. Por aquel entonces, le escribí unas palabras a una amiga que estaba viviendo en Alemania contándole cómo era aquella ciudad y hoy, al releerlas, me causan una mezcla de tristeza, risa, ternura por mi inocencia y nostalgia.

El destino me llevó de nuevo, 5 años después, a La Habana hace ahora justo un año: “dizque de nuevo trabajando”. No puedo negar que me inquietaba la idea de experimentar lo que tantas veces había soñado que sucediese pero al volver a pasear por aquellas calles, me di cuenta que La Habana ya no era la misma..... o tal vez el que ya no fuese el mismo era yo: la maravillosa decadencia de la ciudad, la veía ahora como una miseria indignante; los eslóganes de “Revolución o Muerte”, me parecieron esta vez un coñazo y un aburrimiento tremendo; la prostitución y el turismo sexual de la isla, un escándalo vergonzoso; el misticismo revolucionario, era ahora una ridícula farsa; a los irreductibles barbudos, el paso del tiempo y la inquina mental los habían convertido en 4 vejestorios que no supieron envejecer... ni morir a tiempo, los habaneros con los que conviví habían desaparecido, y del amor “de verano” aquel, no existía ya sino el recuerdo.

Sólo quedaba el ron, la invariable belleza del son, las olas del mar Caribe que nunca descansa rompiendo en el malecón y la insoportable hermosura de La Habana.






La Habana






jueves, 15 de noviembre de 2007

El Yin y el Yan en un solo día

El trabajo obliga, y ayer me tuve que desayunar un arepa indigesta: asistir a la presentación de “Cartas a un joven español”, la última gran obra de la literatura universal: un manual indispensable para ser un buen patriota. En frente mía, un señor bajito de media melena - tinte caoba que me he fijao yo-, bigotito canoso y con cara de mala hostia hablando del Apocalipsis islamofascismo (¿?) y repitiendo el chiste de Umbral: “sólo hablo de mi libro” cuando le preguntaban por el orangután venezolano. Y menos mal que no se nos puso a hablar en plan colombiano: “que pena con uds que me demoré porque me pilló un trancón tenaz...”, que este hombre ya nos ha dado muestras de sus dotes políglotas. Pue eso, que lo de ayer no está pagao con ná. El Yin

Como tampoco está pagado con ná el concierto de anoche: "Dos pájaros de un tiro". El Yan. Simplemente genial. Serrat, como siempre y Sabina, soberbio. Dos horas y media mágicas que me transportaron a mi infancia cuando escuchaba los casettes de mis padres... Para la libertad, Caminante, Penélope, Mediterráneo, y a mi adolescencia: Y nos dieron las diez, Pacto entre caballeros.... En fin, que estos “Dos pájaros”, me devolvieron el buen rollo que me habían quitado por la mañana con la indigestión de la arepa. El Yin y el Yan en un solo día.


Foto: Mauricio Moreno / EL TIEMPO

PD: mamá, gracias por convencerme para que fuese al concierto.

martes, 13 de noviembre de 2007

la vida por delante

Hace un par de semanas, vagabundeando por youtube, me encontré con esta reliquia que lleva alegrándome las noches de vuelta a casa. Es un video de finales de los 60, principios de los 70, donde están el Turronero, Camarón, Paco Cepero y Paco de Lucía.

Aparte de la grandiosa calidad musical que tiene, -cante jondo de verdad, del bueno, y con sabor-, muchas cosas podemos ver en este video: la voz sublime del Camarón en su juventud, que la voz del Turronero ya sonaba antigua desde el principio, que sólo quedan vivos los 2 guitarristas, la inocencia y la verdadera alegría que desprende el rostro de cada uno de ellos y sobre todo, lo más llamativo, lo efímero de la vida.


Leyendo el otro día una entrevista y viendo las fotos del Turronero antes de morir, en silla de ruedas, casi sin poder hablar y comentando lo sólo que estaba porque todos le habían dado la espalda, estas imágenes se hacen aún más trágicas. Mucho más de lo que ya por sí tributa el flamenco.

lunes, 5 de noviembre de 2007

memoria de pez

Cuántas veces hemos escuchado, - cuando se critica a la actual inmigración ilegal que llega a España-, que antes, “los emigrantes españoles éramos diferentes a estos, ya que cuando nosotros llegábamos a los países receptores lo hacíamos con un contrato de trabajo debajo del brazo y no vagabundeábamos por las calles en busca de uno”.

Una imagen vale más que mil palabras...



sábado, 3 de noviembre de 2007

tus ojos


El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.

Antonio Machado

CUADERNO DE BITÁCORA